Evaluación del Desempeño en las Administraciones Públicas. Las Reglas del Juego.

Abstract:
La Evaluación del Desempeño desde su incorporación al texto del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) en 2007 está llamada a convertirse en la palanca definitiva para la modernización y reforma en la rendición de cuentas de las actuaciones que llevan a cabo el personal al servicio de las Administraciones Públicas. Sin embargo, de ahí la cautela de su puesta en marcha, su implantación abre un escenario de importantes “ganancias y/ o pérdidas para los empleados públicos. Esto se debe en parte a que éstos se enfrentarían al “gran envite” de poner en juego importantes facetas de su vida laboral. La responsabilización de los resultados obtenidos, condicionará (como sucede en el ámbito de la empresa privada) sus posibilidades de promoción profesional; las retribuciones complementarias; acceso a la formación continua y la remoción de su puesto de trabajo obtenido en un concurso. No es de extrañar que ante esta perspectiva el legislador haya establecido un conjunto de garantías para su puesta en marcha. Así el artículo 20.2 del EBEP se indica que: “los sistemas de evaluación del desempeño se adecuarán, en todo caso, a criterios de transparencia, objetividad, imparcialidad y no discriminación y se aplicarán sin menoscabo de los derechos de los empleados públicos. Pero estos criterios plantean grandes desafíos técnicos a la evaluación que despiertan incertidumbres importantes. La novedad que tiene evaluar el desempeño en la Administración Pública corre el riesgo de convertirse en un juego que se apoye exclusivamente en reglas implícitas de evaluación. En un ámbito tan delicado es una temeridad arriesgarse a que alguien “aprenda a evaluar practicando hasta saberlo de memoria”. No pedimos que un juez aprenda su trabajo sin reglas previas (tiene códigos que tipifican conductas.) Es dificíl imaginar que quien sabe juzgar lo haya aprendido sin darse cuenta de cómo aprendía. Si la evaluación del desempeño se convirtiera en un juego con reglas exclusivamente implícitas aprendidas de la práctica los “evaluaciones/ juicios” se reducirían a preferir este o aquél aspecto de la conducta o desempeño profesional o en encontrar buena o mala tal forma de comportarse en el trabajo o apreciar que no se ha rendido o esforzado suficientemente. Por tanto las maneras correctas y legítimas de "afirmar" sobre el desempeño del empleado público, deben estar sujetas a reglas explícitas que se basan a su vez en maneras correctas que rigen la práctica. Se necesita disponer de reglas explicitas reunidas en un listado de criterios y referentes. Todo esto es lo deseable pero la pregunta es si es posible o cómo caminar hacia el objetivo. Viabilidad, practicidad y rigor son los tres ejes fundamentales en el avance hacia este objetivo que se revisan en la primera parte de este trabajo. En un segundo momento se planteará un marco accesible en el que debe operar la evaluación del desempeño. En la parte final se enumerarán las principales reglas del juego en la evaluación del desempeño en la función pública.
Área(s) temática(s):
Año:
2013
Tipo de publicación:
Paper/Extenso Congresos GIGAPP
Número:
348
Serie:
Congreso Intenacional en Gobierno, Administración y Políticas Públicas
Dirección:
Sede INAP. Madrid, España
Organización:
GIGAPP- IUIOG
Mes:
23-24 Sept.2013