El conflicto en democracia: la comprensión como principio de la política frente a la violencia contemporánea

Abstract:
La violencia se ha convertido en un tema crucial de nuestro tiempo. Tanto su ejercicio como su expresión y, sobre todo, sus efectos en la vida cotidiana, hacen de ella un fenómeno contemporáneo que se incrusta en prácticamente todas las actividades sociales y culturales de la tardo-modernidad. La violencia ha adquirido un estatus de omnipresencia tal, que resulta incluso complicado poder discernir sus límites y sobre todo, resulta un reto de nuestro tiempo pensar en algún freno que logre, si no erradicarla por completo, cuando menos controlarla y sancionarla. Pensar la idea de la paz en un sentido negativo, es decir, como no-violencia, ha demostrado ser insuficiente para construir sociedades más justas, libres e incluyentes. Por otro lado, las propias democracias en el mundo occidental, no han logrado establecer instituciones, relaciones y mecanismos los suficientemente sólidos y eficientes para contener la violencia, tanto en sus manifestaciones colectivas como individuales, pasando de la violencia entre Estados hasta la violencia interpersonal e incluso la violencia autodirigida. Esto ha provocado cierto desencanto o desafección con la propia democracia, lo cual ha permitido que regresen con fuerza a la arena pública los discursos raciales, de odio, segregación y discriminación. La hipótesis de esta ponencia es que las democracias, tanto si se inclinan prioritariamente por la defensa de la libertad como si lo hacen en favor de la igualdad, han dado por sentada y garantizada el ejercicio fundamental de la política, particularmente de la posibilidad de la comprensión en un contexto de pluralidad; es decir, del antagonismo y el conflicto como fuerzas imprescindibles de la vida colectiva que se manifiesta como una lucha permanente por la construcción del espacio público y la discusión de un futuro colectivo. La democracia no debería buscar erradicar el conflicto, por el contrario debe alentarlo; sin embargo, no debe perder de vista que la democracia requiere de la política para que el conflicto y el antagonismo no se transformen en violencia. Por tanto, es fundamental distinguir el conflicto como condición inherente a las relaciones humanas cuya manifestación permite hablar de una democracia sana y estable, de la violencia como ejercicio instrumentalizado de técnicas o discursos que buscan dañar y coaccionar de manera intencional con fines premeditados. Asimismo, resulta imprescindible regresar a la política al lugar central de las interacciones humanas, con el fin, no solamente de limitar el ejercicio de la violencia, sino de recordar a quienes se empeñan en construir y defender a la democracia, que esta empresa no será posible si la política se da por sentada y garantizada de una vez y para siempre. La política democrática requiere ser siempre verificada y resignificada, ya que donde no se cultive el debate público para la resolución de los conflictos, nada impedirá que triunfe la violencia radical, legitimada y normalizada en la vida cotidiana de las sociedades actuales.
Área(s) temática(s):
Año:
2017
Tipo de publicación:
Paper/Extenso Congresos GIGAPP
Palabras clave:
Congreso GIGAPP
Número:
GIGAPP2017
Serie:
VIII Congreso Internacional en Gobierno, Administracion y Politicas Publicas
Dirección:
Madrid, España
Organización:
GIGAPP. Asociación GIGAPP
Mes:
Septiembre
Comentarios:
Propuesta aceptada Ponencia/Comunicacion 2017-06 El diálogo político una forma de construccion de democracia.
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