En los últimos años, administraciones públicas y gobiernos han vivido una autentica revolución en cuanto a la forma de prestar sus servicios a los ciudadanos se refiere. A nadie se le puede pasar por alto, el importante papel que han jugado las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (Tic´s) en este singular proceso. La llegada del e-government ha permitido mejorar los indicadores de eficiencia y eficacia en el seno de estas organizaciones, así como mejorar la calidad de los procesos y facilitar la prestación de servicios públicos a los ciudadanos. La administración electrónica ha generado un incremento cualitativo de las funciones informativas, transaccionales y operativas de las organizaciones públicas (Trimi, sheng 2008). Más allá del concepto de E-Government, aparece con fuerza el nuevo modelo de acceso a la información y a los servicios públicos en movilidad, a través de los dispositivos móviles, tales como tablets y smartphones, por lo que debemos evaluar como afecta su aplicación al ámbito público. Este es el germen del M-Government como una extensión del E-Government ( Trimi, Sheng 2008), es decir, el acceso a la información y las gestión de servicios públicos vía Tecnoñogias Móviles (M-Technology).