El estudio del riesgo emerge actualmente como un enfoque integrador que permite entender los procesos de cambio internos y externos a los que está sometida la Administración. Aporta una base teórica y metodológica que ayuda a identificar, evaluar y tratar los eventos adversos que afectan el desempeño de las organizaciones públicas y la consecución de sus objetivos. La complejidad de estos cambios hace necesario la adopción de modelos colaborativos que permitan el desarrollo conjunto de alternativas innovadoras entre los actores públicos, privados y sociales.
El marco teórico de la gobernanza aporta elementos claros, pero es fundamental incorporar otros conceptos que den mayor énfasis a los resultados de las interacción entre los múltiples actores, es decir, que tenga en cuenta la variable de efectividad social.
La innovación social se plantea como un enfoque útil para estudiar los resultados de los modelos relacionales en contextos de riesgo y alta incertidumbre. Permite entender cómo se articulan la creatividad y los recursos en torno a procesos colaborativos que aportan soluciones innovadoras a los problemas sociales; cómo se mide el impacto social de estas iniciativas; y cómo pueden transformarse en políticas públicas concretas.