En México, el enfoque de la gobernanza ha ejercido una importante influencia académica e institucional. No se puede negar que su recepción constituye un hecho positivo en la búsqueda de opciones teóricas para mejorar la eficacia gubernativa de la democracia mexicana. Es un punto de partida útil para impulsar la formación de una teoría del gobierno más adecuada y la implantación de políticas públicas más certeras. Como parte de ese esfuerzo, sin embargo, es necesario establecer los límites del enfoque de la gobernanza, tal y como ha sido presentado por algunos de sus autores más conocidos. Estas notas quieren ser una contribución inicial a dicha tarea desde tres puntos de vista. Primero, mediante el esbozo de una crítica general pero suficientemente persuasiva del enfoque de la gobernanza que destaque la necesidad de considerar aspectos dejados de lado por aquella. Segundo, a través de un argumento que busca demostrar la necesidad de tomar en cuenta los aspectos irracionales, como la tendencia al error, al equívoco y a la insensatez, por parte de los tomadores de decisiones públicas; estos aspectos forman un campo explorado por los historiadores, pero no así, o por lo menos no de manera suficiente por parte de los estudiosos de las políticas públicas o las acciones gubernamentales. Y, tercero, por medio de una revisión, de manera sucinta, del caso de la ciudad de Guadalajara, México, como una urbe carente de sentido de conducción, en la que su gobernanza atraviesa una precaria situación y para cuya recuperación no se atisban, todavía, condiciones favorables.