Aunque los antecedentes del concepto “cohesión social” se remiten a la sociología clásica ha sido en las últimas tres décadas cuando el término ha cobrado un nuevo impulso siendo retomado como eje de análisis y de orientación en el ámbito de las políticas públicas, especialmente en el marco de las políticas de la Unión Europea. Actualmente, tanto la definición como el ámbito de aplicación de la cohesión social se ha convertido en fuente de debates a partir de su inserción en América Latina, donde el contexto de violencia, exclusión y los más altos niveles de desigualdad económica del mundo han planteado nuevos retos y posturas críticas hacia la aplicación de políticas de cohesión social e incluso hacia el propio uso del término.