2-020-2012

Los Programas de Transferencias Condicionadas implementados por los distintos gobiernos de América Latina han otorgado un papel central a las madres en la reducción de la pobreza y en la generación de bienestar familiar. Estas iniciativas han tenido un impacto positivo en algunos países donde se ha logrado asegurar condiciones de subsistencia para sus usuarios, sin que esto implique una transformación en las relaciones entre hombres y mujeres. Desde una perspectiva de género reviso dos problemas recurrentes y comunes en la elaboración de estos programas: el primero, referente al dilema trabajo remunerado/trabajo no remunerado y, el segundo, a la cuestión del cuidado. Concluyo que los programas de transferencias monetarias han reforzado la división sexual del trabajo en las familias usuarias, al tiempo, que han sido débiles en potenciar el empoderamiento social de las mujeres cabeza de familia. Su escaso vínculo con el mercado laboral ha sido determinante para la reproducción de las relaciones de género.

Publicado: 2012-11-16