El propósito fundamental de las siguientes líneas es mostrar cuál es el estado de la cuestión actual del conflicto armado en Colombia partiendo del fortalecimiento del Estado en los últimos años gracias a la puesta en marcha de instrumentos que ha devenido eficaces, como la Política de Seguridad Democrática de la Administración Uribe o el Plan Colombia resultante del acuerdo Pastrana-Clinton en 1999 y continuado en toda la década pasada. Una situación similar se vive en México en donde los carteles del narcotráfico han provocado el debilitamiento de las estructuras del Estado y en el que desde 2006 se ha observado un crecimiento exponencial de la violencia y criminalidad. El objetivo es mostrar cómo, actualmente, el conflicto colombiano se halla en una tesitura en la que nuevos avances y éxitos de la enjundia y el alcance de los últimos años parecen difíciles de repetir. Los escenarios en disputa disponen de una sólida presencia de los grupos armados ilegales de manera que, tal vez, sea el momento de optar por nuevas estrategias, como la cooperación transfronteriza, que puedan suponer un nuevo horizonte de oportunidades para nuevas conquistas por parte del Estado.